Bueno aqui les presento una reflexión de una hermana y muy amiga mia, espero puedan leerla con atención y comentar.En un libro leí este titulo y me llamo mucho la atención. En este capitulo habla de que la construcción de un instrumento musical es inmejorable y que la música que se emana de el depende de dos factores fundamentales: la afinación y la habilidad del ejecutante.
En la vida espiritual
- Nosotros como instrumentos de Dios
Como hijos de Dios debemos entender que somos su perfecta creación y además sus instrumentos, si bien existen dos tipos de instrumentos podemos ser instrumentos honrosos o instrumentos viles.
Efesios 2:10
Pablo dice que en una casa grande (que son todos los hijos de Dios, los que son suyos, o sea la iglesia), no solo hay utensilios de oro y plata, sino también de madera o barro. Por consiguiente los unos son utensilios de oro o plata y los otros utensilios de madera o barro. Asimismo dice que los primeros son para usos honrosos y los segundos para usos viles.
- cuando Dios templa la cuerdas
Ciertamente la habilidad que Dios tiene para manejar sus instrumentos es perfecta porque como se decía anteriormente además somos creación suya y claramente nadie conoce mejor a su instrumento que su creador.
1. ¿Si Dios esta tocando porque suena mal?
La responsabilidad cae exclusivamente sobre sus instrumentos ya que Dios es perfecto y sabe como templar las cuerdas sabe cuanto las puede tensar para que no se corten y sabe cuando puede ceder para que siga cumpliendo su función.
2. ¿Cuántas veces se afinan las cuerdas?
Es necesario que e ejecutante afine las cuerdas las veces que sea necesaria para la melodía sea grata a sus oídos. Mientras esto no suceda este lo seguirá intentado.
3. ¿Qué calidad de música esta dando mis cuerdas?
Si la música que estoy emitiendo no suena bien, no es grata debemos preocuparnos de mantener la afinación de mis cuerdas.
Es necesario ocuparnos de nuestro corazón para ue Dios cumpla su propósito en mi vida y pueda dar una melodía grata a su presencia.
Lo único que podemos hacer es entregando el mando de nuestra vida a él, porque su habilidad es perfecta y no errara en la afinación de su instrumento. Sea cual sea la tensión de las cuerdas dejar a Dios trabaja en ello porque su oído es el que medirá la dulzura de mi melodía.
Por Valeska Guerrero
Muchas bendis y les invito a comentar
